Artista destacado: Tordis Kayma

¿Dónde resides actualmente? ¿Han tenido alguna influencia los lugares en los que has vivido sobre tu trabajo?

Vivo en Berlín, pero crecí muy cerca de un parque nacional en medio de Alemania, entre valles brumosos y paisajes boscosos sacados de un cuento. Mis raíces aquí son profundas: al final, tu hogar no es más que el lugar al que sientes que perteneces. Mi pasión por la naturaleza viene de muy lejos, de mi infancia, y se ha convertido en una constante en mi vida, algo que persigo allá donde voy. De pequeño me pasaba los días jugando en el bosque, cerca de los lugares en los que vivía con mis padres.

¿Qué necesitas sí o sí a la hora de crear?

Imaginación y sensibilidad.

¿Cómo describirías tu trabajo en siete palabras o menos?

Un misterio oculto entre la niebla.

¿Cuándo crees que la fotografía se convirtió en una parte esencial de tu vida?

Empecé a los veintipocos, aprendiendo técnicas de revelado en cuarto oscuro (con carretes de blanco y negro y a color) y manejándome con mi antigua SLR. Sí, soy de la vieja escuela analógica, me encanta el estilo imperfecto de las fotografías en papel: el grano, los rasguños, el polvo, las fugas de luz…

Llevo más de 15 años trabajando como fotógrafo autónomo y como asistente de cámara para fotógrafos que se centraban sobre todo en retratos, especialmente para artistas, celebridades y músicos. También he trabajado como editor fotográfico para revistas culturales y musicales.

¿Podrías compartir algún consejo sobre cómo promocionar tu trabajo con los artistas de nuestra comunidad?

A menos que seas una empresa, una marca o tengas millones de seguidores en las redes, no te compliques demasiado la vida ;) Menos es más, así que no te pongas tanta presión y evita estresarte.

¿Hay alguna obra de la que estés particularmente orgulloso? ¿Por qué?

Sí, es una foto que no planeé en absoluto: simplemente estaba allí en el momento y el lugar adecuados, con la luz y el tiempo perfectos. Pura coincidencia. Me equivoqué y me desvié por un sendero,  y allí estaba: el amanecer cubierto por la niebla que quedó plasmado en «In My Other World». Estaba en un valle precioso, con la cantidad justa de esa niebla matutina de la que os hablaba, la suficiente para que se pudieran ver con claridad las copas de los árboles y los rayos de sol. Me sentí totalmente agradecido por poder capturar un momento así.

¿Cuál es la mayor ventaja de ser artista?

No considero que lo sea. Me veo más reflejado en la figura del diseñador, del trotamundos y del amante de la naturaleza, de una persona que se dedica a transformar la belleza y la majestuosidad de los paisajes boscosos y las montañas cubiertas por la niebla en piezas que reproducen con fidelidad esa atmósfera, a darles ese toque mágico que hace que cualquiera quiera transportarse allí. Me gusta recrear lugares que dicen algo, que te transmiten esa sensación de calma, quietud, paz y misterio.

¿A qué hora del día te resulta más fácil trabajar y por qué?

Como creador de mi propio contenido, lo esencial en mi caso es hacer las fotos. Viajar hasta los rincones de Alemania en los que me interesa caminar y perderme lleva bastante trabajo. Son horas de camino en coche, deambulando entre los bosques y subiendo cuestas con un equipo fotográfico bastante pesado en la mochila. En invierno y en otoño, dependo de esperar a que haga el tiempo adecuado y a tener la mejor luz posible, muchas veces acabo empapado y muerto de frío, otras me atacan los jabalíes salvajes…  En verano, los mosquitos te acribillan. Y así todo. Pero merece la pena, aunque debo admitir que lo de levantarme a las 5 de la mañana sigue costándome una barbaridad.

El proceso de edición de las imágenes y en general todo el trabajo que hago con el ordenador es la parte secundaria, y prefiero dedicarme a ella durante el día, por la mañana y con buena música de fondo para inspirarme un poco. Estoy muy lejos de ser un ave nocturna.

¿Cuál ha sido la lección más dura que has tenido que aprender mientras trabajabas en tu carrera como artista?

Si has acumulado suficientes horas de práctica y de conocimiento y sabes cómo ganarte la vida como autónomo, puedes saltarte la parte académica.  Algunos de los semestres que pasé en la escuela de arte de Berlín en la que estudié fueron una pérdida de tiempo absoluta para mí en lo que respecta al contenido. Sin embargo, intercambiar ideas con otros compañeros y dedicarme a proyectos fuera del ámbito académico siempre me ha resultado muy valioso. He aprendido todo lo que necesito para abrirme camino como fotógrafo autónomo fuera de la escuela de arte, pero hablo desde mi experiencia personal, claro está.

¿Cuál dirías que es tu meta profesional?

Intento mantener un equilibrio entre mi necesidad de respirar aire puro en medio de la naturaleza y el desafío que supone vivir en una gran ciudad. Viajar hasta bosques remotos y planear rutas de senderismo para encontrar la mezcla perfecta entre trabajo y relax es mi principal objetivo. Crear mis diseños paisajistas supone un proceso que también me ayuda a mantener un estado de paz y tranquilidad que valoro mucho: es una buena forma de compensar y de poner el foco en lo esencial.