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Consejos para tu tienda

Primeros pasos para aprender a elegir fuentes

Después de leer mi otro artículo «Cómo fluir por el mundo de las fuentes» y haber empezado a crear tu propia biblioteca de fuentes y a familiarizarte con su uso comercial, ¡es hora de ponernos manos a la obra!

Escoger las fuentes que quedarán bien en tu diseño va a ser el primer reto al que te vas a enfrentar. Antes de empezar a mezclarlas, es importante que sepas cómo los distintos estilos pueden afectar a la imagen o al mensaje que quieras transmitir. Parece fácil, pero, como todo en el mundo del diseño, necesita su tiempo y su práctica.

Busca la coherencia

Si quieres que tu diseño tenga sentido como conjunto, es importante utilizar una fuente que ayude a transmitir la idea que tienes en mente. Probablemente es obvio pero, si quieres hacer un póster alegre con una cita motivadora, lo último que haremos es usar una fuente que parezca sacada del cartel de una peli de miedo. Por otro lado, si buscamos elegancia, evita las tipografías pesadas y en bloque o, si prefieres un mensaje más serio, mejor dejar las letras fantasía y redondeadas.

Este es un buen ejemplo de lo que hay que evitar…

Y este otro…

Otra pregunta que puedes hacerte es: «¿la fuente es sencilla o quizá demasiado para el diseño?». Aunque ahora la caligrafía y las florituras están muy de moda, quizá tu obra es más minimalista y necesita otro tipo de fuente. Esto no quiere decir que no puedas jugar con el contraste, simplemente te animo a que lo pienses bien antes de tomar una decisión. ¿Qué efecto le da la fuente a la imagen? ¿Qué es lo quiero transmitir con este diseño? Asegúrate de que funciona como conjunto ¡y listo!

¿Qué pone ahí?

Cuando decides incluir texto en tu obra, significa que quieres transmitir un mensaje. Y, curiosidades de la vida, para que esa idea llegue a la audiencia la fuente ha de ser legible.

Hay miles de fuentes distintas y cada una tiene un propósito distinto, así que no todas funcionan siempre. Ten en cuenta dónde la vas a usar: si la letra es preciosa y luego resulta que no se puede leer en tu obra… menuda gracia, ¿no?

El objetivo no es dificultar la lectura

Ni que nadie se quede ciego intentando leer el texto…

¿Hay fuentes malas y buenas?

Esta es la típica pregunta trampa del examen final. A ver, por norma general, siempre puedes encontrar un contexto en el que una fuente pueda funcionar. Dicho esto, también es cierto que si has diseñado una obra preciosérrima con una cita inspiradora y le pones el texto con Comic Sans… una abuelita achuchable con batita lanuda morirá ipso facto.

Una fuente por sí sola no es ni mala ni buena, pero siendo realistas a veces es mejor dejar la Times New Roman y buscar algo… diferente. Hay miles de opciones, que no te venza la pereza: ¡explora y busca la que mejor funcione con tu diseño!

¡Siguiente!

Va a ser que no…

Una retirada a tiempo…

Estás acabando tu diseño y tienes muy claro qué fuente quieres utilizar: es perfecta y todo tu ser está convencido de ello. Sin embargo, cuando lo ves todo implementado, te das cuenta de que algo no cuadra: la fuente y los gráficos no encajan, la composición queda descompensada y no refleja para nada la idea que tenías en mente… ¡El Apocalipsis!

No, la verdad es que no. Esto le pasa hasta al más pintao, podemos tener una idea estupenda en nuestra cabeza y luego comprobar que no funciona. Lo importante es saber ceder, no dejarnos llevar por nuestra cabezonería. Para crear una buena obra hay que ser consciente de que las ideas evolucionan y saber adaptarnos y buscar nuevas soluciones que te convenzan de verdad.

¿No acabas de encontrar lo que buscas?

¡Tira por algo distinto!

¡Práctica y más práctica!

Saber qué fuente elegir en cada situación es un don que se adquiere con el tiempo. Como muchas otras cosas en el diseño, para ganar confianza con algo necesitas experiencia: no te preocupes, que poco a poco irás ganando soltura. Estas pautas que te doy solo son la punta del iceberg, el resto de la sabiduría vendrá con el estupendo método de ensayo y error.

La práctica hace al maestro: ¡no te rindas!

¿Tienes algún truco para elegir con qué fuentes trabajar? Cuéntanoslo en los comentarios y sigue la cuenta de Instagram de Redbubble para buscar inspiración