Letter Shoppe: cómo he conseguido tener una carrera de éxito trabajando 20 horas a la semana
¿Cómo consigo hacer tantas cosas trabajando solo 20 horas a la semana?
A veces me sigue resultando difícil de creer que trabaje tan poco y que, aun así, consiga terminar tantas cosas. No solo atiendo a unos cuatro clientes al mes con encargos de caligrafía; también me zambullo en otros proyectos más personales, como crear cuadernos de ejercicios en Patreon para enseñar caligrafía o hacer entrevistas de media hora cada dos semanas para mi nueva serie web, Women of Illustration.
Y todo eso sin contar todas las cosas a las que tienes que prestar atención cuando eres ilustradora autónoma, como tu blog, tus redes sociales, buscar clientes nuevos, las finanzas o la atención al cliente.
Tu arte siempre será como tu bebé, así que dedícale el tiempo que se merece.
Lo sé, lo sé, a vosotros también os sorprende, pero os prometo que ni hago magia ni soy una vaga. Simplemente he aprendido a lo largo de estos años a ser lo más productiva posible. A través de mucho ensayo y error, de insistir y de probar prácticamente todas las aplicaciones que existen para sacar más partido a mi tiempo, he conseguido encontrar una forma de trabajar más eficaz y menos exigente.
Sé lo que estáis pensando: ¿este artículo lo has escrito para darnos envidia o nos vas a decir cómo lo haces? No os preocupéis, esa parte empieza en 3, 2, 1…
Es probable que la idea de alcanzar la perfección te impida terminar un proyecto en lugar de que te motive a hacer las cosas mejor.
Practicar significa hacerlo mejor, no hacerlo perfecto
Nunca me ha gustado demasiado aquello de que «la práctica hace al maestro», porque en cierto modo te hace creer que, a base de ella, alcanzarás la perfección. ¡Y una mierda! Es más probable que la idea de alcanzar la perfección te impida terminar un proyecto en lugar de que te motive a hacer las cosas mejor. La clave está en crear una cantidad decente de obras y mostrárselas al mundo, en vez de estar mejorándolas constantemente hasta el punto de que no lleguen a ver la luz jamás.
En resumen: es mejor terminar las cosas que posponerlas hasta que sean perfectas. Cuando coges carrerilla y vas creando obras nuevas con frecuencia, también te acaba resultando más fácil acabarlas, y cuantas más obras puedas enseñar, más probabilidades tendrás de atraer clientes gracias a tu portfolio, de conseguir más seguidores en tus redes sociales y de crearte una reputación de artista prolífico.
¿Te acuerdas de la primera vez que te enfrentaste a un proyecto de plástica en el cole y de cómo tardaste mil años en terminarlo porque querías asegurarte de que cada macarrón estuviese en el sitio perfecto, aunque apenas entendieras cómo funciona realmente el pegamento? Yo también. Y me resultaba muy, pero que muy frustrante.
Recuerdo sentirme fuera de lugar, tonta y sin el talento suficiente. Lo que no sabía es que es lo más normal del mundo: al fin y al cabo, era la primera vez que hacía algo parecido. Pero después, proyecto tras proyecto, al ir probando medios distintos, te vuelves mejor y más rápida. Para cuando estás en el instituto, ya puedes cepillarte un proyecto entero en una noche. Este mismo concepto lo puedes aplicar a todo: solo tienes que seguir haciendo cosas para poder mejorar en ellas.
Normalmente, por la mañana (o a la hora a la que me levante), trabajo en un proyecto, hago una pausa para comer cuando siento que mi cerebro empieza a divagar, recargo las pilas y vuelvo al trabajo.
Escucha a tu imaginación, pero trabaja siguiendo una rutina
Todos trabajamos a ritmos distintos y nos sentimos más productivos en momentos que no siempre encajan con los horarios del resto del mundo. Algunos necesitamos pausas de 90 minutos mientras que otros pueden estar concentrados durante 6 horas seguidas si están trabajando en el proyecto adecuado. Lo más importante es acordarse de no mirar al resto y descubrir qué es lo que te funciona a ti a la hora de trabajar, porque es todo parte del proceso.
En mi caso, he dado con una rutina en la que trabajo en dos proyectos al día. A veces es solo una parte de un proyecto más grande o me pongo las pilas y escribo un artículo entero en una tarde (ni desmiento ni confirmo que eso sea lo que estoy haciendo ahora mismo).
Este sistema me funciona porque, aunque me encante enseñar y dibujar, intentar hacerlo todo a la vez puede llegar a ser un poco abrumador, así que necesito centrarme en una sola tarea. De esta manera, no me distraigo con esa otra cosa interesantísima que está ahí haciéndome ojitos.
Cuando siento que no está siendo mi día, me permito hacer una pausa.
Cuando siento que no está siendo mi día, me permito hacer una pausa. A veces hago un par de cambios a las cosas que hay en mi lista o me dejo trabajo para el fin de semana para poder pegarme el día viendo Jessica Jones (¡como hice ayer!).
Podemos aplicar la misma regla para los que tengan un trabajo aparte de su labor como artistas. Lo único que tienes que hacer es encontrar una forma de poder trabajar de manera consistente en tus proyectos hasta que se convierta en un hábito.
Crear esa costumbre es muy importante. A mí, por ejemplo, me ayuda mucho ir a trabajar a un espacio de coworking, como WeWork, en Portland, Oregón. Así me obligo a trabajar y no hay una televisión cerca para tentarme. Lo reconozco, es mi mayor debilidad.
A lo mejor tu rutina ideal consiste en levantarte muy temprano para hacer algo antes de ir al trabajo, dibujar un poco durante la pausa de comer o reservar un rato después de meter a los niños en la cama. Dar el primer paso puede ser un poco raro al principio pero, después de algunas semanas, se convertirá en algo totalmente natural. Esto no solo te ayudará a terminar más proyectos, sino también a programar tu mente para que se ponga en modo creativo cuando lo necesites.
No importa si estás empezando a dibujar por diversión o has pasado a ofrecer tus servicios creativos: tienes que aprender a controlar tu tiempo.
Controla tu tiempo y le sacarás más partido
No importa si estás empezando a dibujar por diversión o has pasado a ofrecer tus servicios creativos: tienes que aprender a controlar tu tiempo. Así sabrás cuánto necesitas para terminar un proyecto y te será más fácil ponerte un horario que sea realista.
Una vez te acostumbres a trabajar con un horario, tendrás una referencia para medir cuánto tiempo te quitan otras actividades, como gestionar ese agujero negro que son las redes sociales o esa lista interminable de correos electrónicos que te persigue en tus sueños. Son estas cosas las que nos distraen y ponen nuestro cerebro en modo social en lugar de en modo productivo. Por eso yo solo me doy unos 30 minutos para cada una al principio y al final del día y así no me paso toda la tarde viendo vídeos de gatos en Youtube.
Cuando empecé a hacer mis cuadernos de caligrafía, necesitaba una semana para terminar cada tomo de 20 páginas. Ahora que voy por el número 14 de Novel Lubalin, los hago en menos de 4 horas. Si no hubiese empezado a controlar mi tiempo, nunca habría llegado a ver lo mucho que he mejorado en un año.
Uso una aplicación gratuita que se llama ANDCO que no solo te ayuda a controlar tu tiempo, sino que también incluye algunas herramientas muy útiles para gestionar tu negocio. Este pedazo de aplicación te ayuda a crear propuestas, mandar facturas y asignarte tareas diarias. Además, incluye una herramienta superchula que hace un seguimiento de tus ingresos y tus gastos automáticamente, por lo que siempre sabes si estás perdiendo dinero o si todo va viento en popa. Es gratis y sin ataduras, así que ¡no tienes excusa! ¡Descárgatela ya antes de que te distraiga contándote otra cosa!
…para impedir que ese monstruo que todos tenemos dentro asome la cabeza, tienes que hacerte estas preguntas para ser capaz de encontrar tiempo para ti.
El cuestionario para encontrar tiempo para ti
Tu arte siempre será como tu bebé, así que dedícale el tiempo que se merece. Si te pareces en algo a mí, te pasará que, si no dedicas algo de tiempo a tus cosas, te vas convirtiendo poco a poco en un monstruo y tu creatividad desaparece. Luego, cuando estoy con mi familia y mis amigos, no paro de pensar que tendría que estar trabajando en vez de estar dedicando a esa parte de mi vida toda la atención del mundo.
Así que, para impedir que ese monstruo que todos tenemos dentro asome la cabeza, tienes que hacerte estas preguntas para ser capaz de encontrar tiempo para ti.
- ¿Qué usas como recompensa? ¿Netflix? ¿Comida? ¿Jugar con tus hijos? Tira de estas pequeñas satisfacciones cuando notes que no logras concentrarte. Date al menos entre 15 minutos y una hora y así tus energías quedarán renovadas para poder seguir trabajando en el siguiente proyecto.
- ¿Cómo te gusta trabajar? ¿Te sientes mejor trabajando en tu escritorio o en una cafetería con gente hablando de fondo como banda sonora? Encuentra ese sitio que te haga sentir bien y que te ayude a tener la mentalidad adecuada para sacar trabajo a tope.
- ¿Cuándo sientes que tus jornadas son más productivas? ¿Por la mañana mientras te tomas un café? ¿Por la noche cuando todo está más tranquilo? ¿Los fines de semana con los niños correteando por la casa? Prueba una o pruébalas todas hasta que des con la sea menos mala y quédate con esa.
- ¿Cuántas cosas quieres hacer en una semana? Ponte un objetivo. A lo mejor es escribir una entrada de blog a la semana, publicar tres veces en Instagram o hacer algo todos los días, aunque sea una mierda. Cronométrate mientras haces estas cosas e intenta encontrar maneras de acelerar estos procesos, ya sea dedicando menos tiempo a buscar inspiración, a usar herramientas digitales o a encontrar la música de fondo perfecta para poder concentrarte.
Ahí tenéis: un montón de consejos de una ilustradora que podría estar quejándose de lo quemada que está, pero que ha conseguido tener espacio libre en su agenda y a la que no le quedan series por ver en Netflix. Hago muchísimas cosas cada semana y vosotros también podéis si descubrís cómo gestionar mejor vuestro tiempo.
¿En qué momentos encontráis vosotros la concentración necesaria para trabajar? ¿Qué hacéis cuándo necesitáis un descanso? ¡Contádnoslo en los comentarios!